Los diferentes Yoes creados conforman nuestro ego o personalidad. En TCI, Pacheco nos propone un viaje a nuestro interior que nos pueda conectar con nuestro dolor y el de otros, con la finalidad de conectar con el corazón y mirarnos compasivamente, abrazando la sombra, con todo lo que es. Una guía en el proceso de conocimiento de nosotros mismos y de los demás. Nos propone un mapa para el viaje tanto teórico como práctico a través de la conciencia corporal y el desbloqueo, que facilitan el contacto y la canalización de las emociones que ocultamos como el miedo, angustia, tristeza o dolor.
Con aportaciones de tradiciones orientales y occidentales, dice que “el cuerpo es el templo de la psique, donde coexisten nuestro ego o personalidad y nuestro ser esencial, que se manifiesta a través de nuestros pensamientos, emociones y acciones como un todo integrado en una unidad funcional”.
Propone el trabajo espiritual para recuperar el ser esencial, nuestro contacto con lo amoroso y compasivo, lo que somos en realidad y hemos perdido construyendo una personalidad como defensa ante un mundo hostil, empezando una lucha contra nosotros mismos. Cambiar esta mirada a partir de un proceso de toma de conciencia y desarrollar las potencialidades del ser esencial conectando con nuestro verdadero yo, el que sale del impulso vital que da sentido a nuestra existencia.
Aprender a amar y aceptar lo que es, dejando creencias y patrones repetitivos atrás. Sanar heridas del pasado que condicionan nuestro presente y “volver a ser como niños desde nuestra experiencia de adultos”, es reencontrarnos con los impulsos genuinos de nuestro ser esencial con amor, creatividad, sabiduría intuitiva, espontaneidad, alegría, y la inocencia de contemplarlo todo con asombro y ojos nuevos”.